sábado, 29 de mayo de 2010

Las venganzas de Beto Sánchez

Ufff el viernes marejada de papeles y papelitos, trámites y trámites y certificaciones y comprobantes y avisos. El jueves una reunión de 3 horas que no le cambió la vida a nadie, ni nada parecido.

Es muy fácil (OK al menos para mí) ir entrando poco a poco en cierta madeja, en la que poco a poco tu día se va transformando en un barro en el estás haciendo mil cosas sin concretar ninguna, o en el que las urgencias no elegidas tapan todo el tiempo lo que se supone que elegiste hacer.
Esto incluso partiendo de una decisión de ir para el lado que uno quiere. Porque lo que uno quiere (en mi caso laburar en la academia) viene con accesorios (trámites, gestión, bleh) que hay que mantener a raya, si no te comen. Y finalmente te olvidás por qué habías elegido lo que se suponía que habías elegido.

A mí me pasa también de ir armando una rutina que me va encerrando, onda mirar mails, leer el diario, jugar un ratito ... y de placer se hace rutina y de rutina se hace vicio.

Hoy tengo ganas de que sentir eso que dicen los anarcos, que la rutina es la personalidad de los estúpidos, poder jugar con el día a día, animarme, no sentirme cansado o que "justo ahora voy a hacer tal cosa".

¿Y las venganzas de Beto Sánchez?
Ayer me acordé de esta peli, una nacional de los 70, en la que el protagonista planea venganzas contra los que considera que hicieron su vida miserable. No recuerdo si en esa o en otra al final busca al responsable de su laburo de mierda, y le dicen "ay yo no tomé esa decisión, la tomó el jefe" y va subiendo de jefes ... hasta que se da cuenta que no encontró a ninguna persona particular a quién culpar, lo que terminó en su trabajo de mierda fueron un montón de pequeñas circunstancias y decisiones que armaron un entorno.

Otra imagen que me viene a la mente es la secuencia de Brazil (¿no la viste? nooooo - http://es.wikipedia.org/wiki/Brazil) en la que una persona se ve envuelta en papeles onda formularios que el viento hace volar, el protagonista saca papeles para rescatar a este tipo, y cuando termina de sacar papeles ... no queda nada.

A tout a l'heure!

viernes, 28 de mayo de 2010

Apuntes bicentenarios

Claramente este festejo tuvo una orientación en el discurso distinta a la de otros eventos oficiales, los personajes históricos destacados eran otros, las frases eran otras, el mensaje fue distinto.
Le veo en particular una cosa de sano. Creo que mientras nuestro modelo, nuestro norte, nuestra ilusión sea la Argentina del primer centenario, hay cierto estadío que no vamos a poder superar; es un imaginario mutilado.
Esa Argentina se fundó sobre dos genocidios (el del pueblo paraguayo y el de los pueblos originarios); y sobre la negación de la cultura realmente existente en buena parte del país. Ese modelo no sirve si queremos armar un país donde cada persona valga, donde la diversidad se respete, donde baje el nivel de hipocresía.
Por eso me parece sano un bicentenario que desde el discurso haya mirado hacia otro lado.

Me hizo muy argentino-bien ver un montón (pero un montón absurdo) de gente en la calle con celeste y blanco, y que no fuera por un partido de fútbol. Además contentos, hablando bien de lo que veían, de lo que pasaba, de buen ánimo, sin violencia (y posta que el martes era un hervidero difícilmente soportable), una demostración de que un colectivo de gente puede pasarla bien junto y respetarse sin necesidad de autoridad, posta que había poco y nada de cana. Hermoso ver el centro básicamente liberado, gente y gente y gente caminando y haciéndolo suyo.
Me gustó que tuvo también un poco de invasión hacia la Capital, gente que te das cuenta que el centro lo conoce nada y menos, donde estaba el martes se generó una discusión sobre para dónde quedaba Plaza de Mayo.

Otra cosa, ¿hay algún antecedente en el mundo de un espectáculo artístico que haya sido visto en vivo y en una misma noche por dos millones de personas? Tal veeeez algún carnaval de Rio, pero no sé. Como que en ese sentido hicimos punta.

Otra cosa que me gustó: el acto central del primer centenario, el que estaba el palco con el presidente y los ministros y los invitados, fue un desfile militar. En el segundo centenario fue un acto artístico de vanguardia. Creo que en ese aspecto mejoramos :D.
Además fue mucho pero mucho mucho más inclusivo, si tanta tanta gente fue, a pesar del amontonamiento constante, fue porque hubo algo que la invitó en la propuesta de celebración.

Y gracias gracias gracias por el final del desfile, después de una alegoría del futuro, vino la música, y atrás de la música nosotros.
No sé si es cierto que la historia siempre la escribe la gente, pero en este momento no estaría de más que al menos muchas personas se le animaran a tirar unos trazos.

Lamento que un editorialista de La Nación haya visto como la única cosa destacable de estos días la reapertura del Colón.
A ver, estuve bailando la bestia pop mientras le daba vuelta al obelisco el 25 de mayo de 2010 entre millones de personas, ¿entendés? Fue la fiesta más concurrida de la historia argentina, millones de personas en la calle y prácticamente nada de violencia o agresión, ¿lo ves?
Claro, no, no entienden, no lo ven, eso no existe. Eso es lo que veo, hay cierta mirada sobre lo que está pasando en este país que creo que no entiende nada. Pero nada.