lunes, 2 de enero de 2012

Corrupción

Me quedé mal después de leer el reportaje que le hizo La Nación a José Pablo Feinmann, me pareció una visión muy pobre la que expresa el entrevistado. En particular me molestó la forma en que trató el tema de la corrupción.
Entonces pensé qué hubiera dicho yo. Helo aquí.


¿Qué opina de la corrupción? (supuesta pregunta)

Quiero empezar recordando qué entiendo por corrupción: el uso de recursos que pertenecen por derecho al estado o a una cierta comunidad, o el desvío en la formulación o el cumplimiento de las leyes, en provecho de particulares.
Repasando la historia de acuerdo a esta forma de caracterizar los hechos de corrupción, encontramos que la Argentina, en cuanto nación organizada desde Buenos Aires, es corrupta desde su matriz.
El crecimiento de Buenos Aires en tiempos coloniales se debe en una importante medida al contrabando, en particular de plata del Potosí y también de esclavos que llegaban desde el África; para esto fue necesario desviar el cumplimiento de las leyes comerciales de España en beneficio de los comerciantes porteños.
Luego los intereses del comercio exterior centrados en Buenos Aires lograron derrocar al orden constitucional que después de más de 40 años se había podido dar el resto de la Argentina, y forzaron una nueva organización nacional, más acorde a sus intereses. O sea, la organización definitiva de la Argentina responde a un propósito de corrupción, de desviar esa organización de acuerdo a los intereses de un grupo de particulares.
Un par de décadas después se extermina a los ranqueles, se diezma a los mapuches, y se corre a los sobrevivientes a las montañas, obteniéndose una riqueza inimaginable en tierras cultivables que se otorgan graciosamente a un puñado de familias argentinas y de intereses extranjeros. Otro acto mayúsculo de corrupción de acuerdo a nuestro concepto.
En un país armado de esta forma, no es de extrañar que la corrupción resulte natural.
En este contexto, y con los antecedentes inmediatos de un gobierno que hizo aprobar el remate de Gas del Estado con una persona que no era diputado sentándose en una banca y votando, y el siguiente que hizo aprobar una ley que disminuía los derechos de los trabajadores coimeando senadores, no creo en absoluto que los gobiernos de Néstor y Cristina se destaquen por su nivel de corrupción.

Respecto de esto, una cuestión que me queda dando vueltas seguido. Al comparar el comportamiento de los argentinos con el de gente de otras nacionalidades (pienso en particular en los franceses), me queda la sensación de que los argentinos hemos escindido la existencia de reglas del hecho de que las reglas se dictan para ser cumplidas, lo que lleva por un lado a que las personas actuemos ignorando absolutamente las reglas, y por otro al dictado de reglas incumplibles, dictadas desde la consciencia de que no intentarán ser cumplidas.
A este respecto percibo una leve mejoría en los últimos años. Tengo por costumbre andar por rutas de la Argentina, y percibo un mayor nivel de cumplimiento de al menos algunas reglas: cada vez más gente lleva las luces altas, veo cada vez menos comportamientos peligrosos por parte de los conductores. También percibo que de a poquito vamos entendiendo que los impuestos hay que pagarlos, veo una AFIP más eficiente, y una intención de poner reglas que puedan cumplirse. Claro que es un proceso largo, pero (tal vez pecando de optimismo) creo que estamos en algún punto distinto al cero.


Siempre me llamó la atención que los Kirchner quintuplicaron su patrimonio en apenas cinco años. Son ricos ... también hay una Justicia funcional al poder y una virtual ausencia de organismos de control. ¿Pero no le hace ruido el vertiginoso y enorme aumento patrimonial de los Kirchner? ¿O le parece un tema menor? (recorte textual de las preguntas a Feinmann)

Está claro que los Kirchner tenían un patrimonio importante antes de que Néstor empezara a ser presidente. Si hubo un "enorme" aumento patrimonial y se sospecha que al menos parte fue malhabido, los que piensan eso deberían presentar al menos algo parecido a un indicio. Me resulta peculiar que, siendo este un gobierno que tiene los dos grupos periodísticos más importantes del país claramente en contra desde hace años, las únicas constataciones que aparecen son las declaraciones patrimoniales que los Kirchner hacen por derecha.
Mientras el gobierno de Menem terminó con María Julia y Alderete funcionarios, ahora tanto Jaime como Uberti (y también D´Elia en otro registro) tuvieron que dejar sus puestos. Esto sumado a que hay un puesto especialmente apto para corruptelas, como la Secretaría de Comercio Interior, en manos de la misma persona desde hace 8 años, de la cual alguna prensa no se cansa de hablar pestes, pero no se ha presentado ninguna sospecha de corrupción respecto de su persona o de la de gente cercana.
Lo de la "Justicia funcional al poder" me cuesta entenderlo, otra vez viéndolo en contexto, creo que la calidad institucional de la justicia es mucho mayor que hace 15 años. Lo de "ausencia de organismos de control", honestamente no sé en qué medida es así, pero si es así, creo que es una situación que se arrastra, no recuerdo actuaciones descollantes de los organismos de control del estado en el pasado.
Finalmente, creo que si hay actos de corrupción los responsables deben ser sancionados como lo indiquen las leyes, y que hay intereses poderosos contrarios al gobierno que, entiendo, deberían ser capaces de formular denuncias concretas y con indicios ciertos, cosa que hasta ahora han hecho muy poco; me vienen a la memoria lo endeble y fugaz que resultó el llamado "caso Skanska" y lo turbio de la historia de "la valija de Antonini". En lo personal, prefiero dedicar mi energía a otras cuestiones, que juzgo más relevantes para este momento de la Argentina.

Me gustaría cerrar con otra comparación, esta en el espacio. ¿Qué tan preocupados están los medios con la evolución de las fortunas de Piñera, de Berlusconi, o más cerca, de Macri, de De Narváez, por poner ejemplos?
En particular, me resulta llamativo que las críticas a Berlusconi pasen muchísimo más por sus escándalos sexuales que por sus manejos empresarios y los intentos de desvío de las leyes para su beneficio personal.
Esta diferencia en la actitud respecto de la evolución patrimonial de unos y otros me deja pensando en la intencionalidad de algunos medios.

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